¿Os acordáis de esas galletas danesas de mantequilla que iban en una lata redonda de color azul? Seguramente sí. Las galletas venían de dos en dos en papelitos blancos de magdalenas y volaban, pero luego la lata sobrevivía como costurero. Yo todavía tengo una.
Pues bien, aquí os traigo una receta por si queréis hacerlas en casa. Es un proceso rápido y sencillo y el resultado es espectacular, sobre todo si se usa mantequilla de calidad. Tenéis que probarlas.
Ingredientes:
- 125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 110 gr. de azúcar granulado
- 1 pellizco de sal
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharada sopera de esencia de vainilla
- 50 gr. de leche
- 250 gr. de harina de repostería
Preparación:
- Saca la mantequilla de la nevera con antelación hasta que esté a temperatura ambiente y sea manejable, pero no la derritas. Pon el horno a precalentar a 180º, calor arriba y abajo.
- Coloca la mantequilla en el cuenco donde vayas a trabajar la masa, añade el azúcar y el pellizco de sal y bate bien con la batidora de varillas para homogeneizar la mezcla y airearla.
- Añade las yemas de huevo, la esencia de vainilla y la leche y sigue batiendo hasta integrarlas.
- Empieza a incorporar la harina a cucharadas hasta que la mezcla sea tan densa que tengas que continuar amasando a mano (o con la pala amasadora de un robot de cocina).
- Si tienes una pistola de repostería es hora de rellenarla con la masa y formar tus galletas. Si no, empieza a hacer bolitas sobre una bandeja cubierta de papel de horno y aplástalas un poco con un tenedor. También puedes usar una manga pastelera y boquillas.
- Coloca la bandeja en el horno a media altura y hornea a 180º durante 14 minutos aproximadamente.
Y ahora sí, a disfrutar de estas galletas cuyo sabor tanto nos recuerda los dulces días de la infancia.
Hasta la próxima receta.
